lunes, 23 de marzo de 2009

Juegos Etereos

Me abandono todo contacto que pude tener con la bestia. Ahora aguardo a la brillante diadema del alba sin expectativas de un mañana. El cielo hoy llora mis penas y me acomodan en la luz tenue. No tengo ganas de creer, no tengo ganas de sufrir, no tengo ganas de sentir. La tierra muerde mis pies y va hundiendo a fantasía otra vez. La piel ya no se reconstruye de las múltiples heridas. Mi carne seca y visibles las marcas de los tarascones, aguarda el momento exacto para dejarse comer por Gea. Supe conocer la locura de estar cuerdo y el Raciocinio que me brindo la Demencia.
El grito profundo de Eros se disfumino entre las promesas de un Thanatos ausente.

Entonces quise Insistir.

Para. La noche se despertó entre miedos histéricos y rabias tenues. El cielo se agarraba de las faldas del Universo para pedirle Luz al mundo, los conejos callaron y las Arpías crecieron, el absurdo ¿por qué? se reía de nosotros. La tentación y la imagen saciaron todo placer, y olvidó lo real, o su propia alquimia. El fantasma teme del Creador de Pesadillas, el que de alguna manera me hace sentir que le intrigan estas notas.
El Eros punza mientras chorrean la sangre de un Thanatos Ausente. ¿Ausente?

Basta.

Me dejo llevar por un Léxico Inapropiado.

Los árboles le avisaron al viento de mi visita. Sh. ¿Sentís?, yace ahí un niño que respira muy despacito, entre caníbales, Sobrevive. Angustia, Dudas, Miedos, Sangre, Venas, Flujo, Presión. El tiempo se hace amigo del Ego, y el Ego de mi Pulida Armadura.

El Ingenio de las letras me ayudan con preguntas directas que se que nunca voy a hacer, no porque me falte coraje, sino por mi pasión por el misterio. Las galaxias que llevo en la espalda me recuerda mi camino... y Las Reinas intentan distraerme, mientras le ruego al Todo que nunca se olvide de tu mirada.

Lejos.

Mis dudas también Existen.

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